✔️ Por qué no existe una cifra única ni mágica que sirva para todos.
✔️ Qué tipo de decisiones elevan o ajustan el presupuesto final.
✔️ Consejos para evitar sorpresas económicas a mitad de obra.
✔️ Nuestra visión profesional sobre cómo plantear el presupuesto desde el principio.
No hay una cifra exacta NUNCA. Y quien te la dé, desconfía.
Es una de las preguntas que más nos hacen siempre que alguien se plantea realizar una reforma en Gandía. Y es normal. Cuando alguien se plantea reformar su casa por completo, lo primero que quiere saber es cuánto le va a costar. Pero aquí viene la parte menos popular: no hay un precio único ni una tabla mágica que diga lo que vale una reforma integral.
Y lo peor que puedes hacer es creerte un precio genérico que ves por ahí, sin haber valorado tu caso. Porque ese número, sin un estudio real, te puede llevar a una idea equivocada. Y eso es justo lo que queremos evitar desde el principio: malentendidos, sorpresas y presupuestos que se disparan a mitad de obra.
Lo primero que necesitas es tener claro qué tipo de reforma necesitas y cómo se encuentra tu vivienda ahora mismo. Lo segundo, entender por qué el precio puede variar tanto de un piso a otro. Eso sí, una vez lo tengas claro, se puede ajustar el presupuesto con cabeza y sin sustos.
¿Qué entendemos por una reforma integral?
Antes de hablar de precios, conviene aclarar de qué estamos hablando. Porque muchas veces se llama reforma integral a cosas que no lo son. O al revés: se piensa que solo es integral si tiras la casa abajo y la vuelves a levantar desde cero. Y no es así.
Una reforma integral suele implicar intervenir de forma global en la vivienda. Es decir: cambiar instalaciones (agua, electricidad), renovar cocina y baño, suelos, puertas, ventanas, paredes, pintura… A veces incluye también redistribución de espacios o incluso refuerzos estructurales.
Pero no todas las reformas integrales son iguales. Hay quien necesita renovar una vivienda antigua sin modificar su distribución, y quien quiere convertir un piso oscuro y compartimentado en un espacio moderno y abierto.
Por eso es tan importante tener claro el alcance real de la obra antes de hablar de precios. El coste final dependerá en gran medida de lo que se quiera hacer y cómo esté el piso ahora.
Los 6 factores que más influyen en el precio de una reforma integral
Si quieres tener una idea realista del presupuesto de una reforma integral, hay que mirar las cosas que realmente marcan la diferencia. No es solo cuestión de metros cuadrados o de elegir materiales más caros o más baratos. Hay muchos detalles que hacen que un presupuesto suba o baje, y es importante tenerlos en cuenta desde el principio.
Aquí van los principales factores a tener en cuenta en el precio de una reforma:
1. El estado actual de la vivienda
No es lo mismo reformar un piso antiguo que lleva 40 años sin tocarse, que uno que ya tuvo una reforma parcial hace poco. Cuanto peor está la base, más trabajo requiere: demoliciones, saneamiento de humedades, renovación completa de instalaciones… Todo eso tiene un coste que muchas veces no se ve a simple vista.
Además, hay veces que no se detectan ciertos problemas hasta que se empieza la obra. Por eso, hacer una visita previa y revisar bien todo es clave para no llevarse sustos.
2. Los metros cuadrados y la distribución
Aquí sí: el tamaño importa. Pero no solo por la superficie, sino también por cómo está distribuida. Reformar una vivienda de 100 m² abierta y bien distribuida puede ser más económico que reformar una de 80 m² con pasillos infinitos, muros intermedios y estancias mal planteadas.
Además, si hay que cambiar tabiques, abrir huecos o rediseñar por completo la distribución, el precio sube. Tirar un muro no cuesta tanto; lo que cuesta es rehacer instalaciones, suelos, techos y todo lo que va detrás.
3. La calidad de los materiales
Aquí está una de las grandes variables. Puedes hacer una reforma integral con calidades medias a buen precio, o puedes apostar por acabados de gama alta y que el presupuesto se dispare. Y ni lo uno es malo ni lo otro es capricho: depende del uso que vayas a dar a la vivienda, de si es tu casa definitiva o una inversión, y de tu presupuesto real.
En cualquier caso, lo importante es ser coherente. A veces no hace falta gastar más, sino elegir mejor.
4. Los cambios estructurales o técnicos
¿Quieres tirar un muro de carga? ¿Subir techos? ¿Unir dos viviendas? Todo eso implica proyecto técnico, permisos especiales y a veces refuerzo estructural. Y eso siempre encarece.
Lo mismo pasa si hay que mover bajantes, alterar instalaciones generales del edificio o resolver problemas técnicos más complejos. Si el proyecto necesita la firma de un arquitecto o ingeniero, el coste sube. No por gusto, sino por normativa y seguridad.
5. Licencias, permisos y gestión administrativa
Esto suele olvidarse en los presupuestos rápidos que te dan por internet. Pero hay que contar con ello. Una reforma integral necesita licencia de obra mayor o menor, dependiendo del caso, y eso lleva tiempo y dinero. También puede requerir la intervención de un técnico, presentación de documentación, tasas municipales, etc.
En algunos ayuntamientos los plazos y requisitos son más ágiles; en otros, se eternizan. En cualquier caso, es un coste que hay que tener en cuenta desde el principio.
6. Mano de obra y experiencia del equipo que contratas
Este punto lo cambia todo. No es lo mismo contratar a un equipo barato que va improvisando sobre la marcha, que trabajar con profesionales que saben lo que hacen y que te ayudan a evitar errores antes de que ocurran.
¿Y cuánto cuesta en la práctica una reforma en Gandía? Precios reales y rangos orientativos
Sabemos que después de todo esto, lo que quieres es una cifra. Algo que te ayude a hacerte una idea. Así que vamos a ello, pero con honestidad: son rangos orientativos, basados en lo que vemos a diario en reformas reales, aquí y ahora.
En general, una reforma integral de una vivienda estándar puede moverse en estos márgenes:
- Calidades básicas y distribución sin cambios: entre 450 y 600 €/m². Ideal para viviendas que solo necesitan actualizarse sin grandes obras.
- Calidades medias con algunos cambios de distribución: entre 650 y 800 €/m². Es lo más habitual. Reformas completas, pero sin lujos.
- Calidades altas, cambios estructurales, diseño personalizado: de 900 €/m² en adelante. Aquí ya entran materiales premium, mobiliario a medida, domótica, etc.
Por ejemplo, una vivienda de 90 m² puede costar desde unos 40.000 € hasta más de 80.000 €, según todo lo que te hemos contado antes.
En zonas como Gandía o alrededores, estos precios están bastante en la media, aunque siempre hay variaciones dependiendo de la ubicación exacta, el tipo de edificio o los accesos a la obra.
Lo importante es esto: una reforma integral no se puede presupuestar bien sin ver el piso. Hay que estar allí, ver cómo está todo, hablar contigo y entender qué quieres hacer de verdad. Solo así se puede ajustar el precio a tu caso, sin sorpresas luego.
Lo que no se suele tener en cuenta (y luego encarece la obra)
Esto es algo que vemos casi siempre: se empieza con un presupuesto más o menos ajustado… y a mitad de obra empiezan a aparecer los «ya que estamos», los imprevistos, o simplemente cosas que no se habían valorado bien al principio.
Aquí van algunos ejemplos de cosas que suelen quedar fuera del presupuesto inicial (y luego se pagan igual):
- Correcciones de instalaciones antiguas mal hechas que no se ven hasta que se abre la pared.
- Cambio de ventanas que no estaba previsto, pero que al ver el resultado de la obra se ve que desentonan por completo.
- Elección de materiales más caros durante la obra: un suelo hidráulico, un grifo de diseño, un azulejo especial…
- Pequeños cambios de distribución que requieren mover enchufes, puntos de luz, fontanería…
- Amueblamiento posterior: si no se planifica desde el principio, puede romper el presupuesto final.
No es que haya que obsesionarse con todo desde el minuto uno, pero sí conviene tener cierto margen para imprevistos. Una buena reforma no es la que no cambia nada sobre el plano original, sino la que está bien pensada para adaptarse sin sustos cuando aparecen decisiones que no se podían tomar antes de empezar.
Cómo trabajamos nosotros una reforma integral en Gandía (y por qué eso también influye en el precio)
Una reforma no empieza cuando entran los albañiles. Empieza mucho antes. Y si no haces bien las cosas desde el principio, lo más probable es que acabes con frustración, sobrecostes y decisiones a medias.
Esto es lo que hacemos nosotros. Y lo que, sinceramente, deberías exigir, vayas con quien vayas:
Primero, hay que verlo en persona
No se puede valorar una reforma sin ver el espacio. Cada vivienda tiene lo suyo. Nos lo enseñas, nos cuentas qué idea tienes, y te decimos lo que vemos realista. Qué se puede hacer, en qué orden, y si hay cosas que conviene repensar.
A veces lo que tienes en mente se puede hacer tal cual. Otras veces, no merece la pena tocar según qué cosas. Pero eso solo se ve estando allí, con calma y con alguien que tenga ojo.
Después, hay que hacer números de verdad
Te damos un presupuesto detallado. Sin partidas infladas ni “eso ya lo vemos sobre la marcha”. Aquí se ve todo: lo que está incluido, lo que no, y por qué.
Además, si hay decisiones que condicionan el precio (materiales, licencias, distribución…), te lo decimos claramente. No para asustar, sino para que sepas en qué puedes ahorrar y en qué no conviene escatimar.
Y si decides seguir adelante, lo organizamos todo para que no se convierta en una pesadilla
Tiempos claros, contacto directo, seguimiento continuo. Porque lo más importante no es solo el resultado, es cómo se llega a él.
Y cuando surgen imprevistos (que a veces surgen), no se improvisa. Se plantea una solución con lógica, y se decide contigo.
¿Quieres una orientación realista para tu reforma en Gandía? Hablemos sin compromiso
Si estás valorando hacer una reforma integral, lo mejor es que te orientes con alguien que ya haya visto muchas. Cada vivienda es un mundo, y lo que funciona en una puede no tener sentido en otra.
Nos lo puedes enseñar sin compromiso. Nos cuentas lo que tienes en mente, te decimos lo que vemos viable y qué tendría más sentido hacer. Con honestidad, sin rodeos y con los pies en el suelo.
SIN COMPROMISO
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